Problemas sexuales

El funcionamiento sexual es un aspecto esencial del ser humano, sin embargo en ocasiones se convierte en fuente de frustración y malestar.

Nos encontramos ante un problema sexual cuando la persona que lo sufre tiene la experiencia subjetiva de malestar en relación con algún aspecto de la actividad sexual propia.

Para entender los distintos aspectos de la sexualidad humana es importante conocer qué partes del cuerpo se encuentran implicadas más directamente en la respuesta sexual y cómo actúan.

Masters y Jonson describieron cuatro etapas en el ciclo de respuesta sexual:

  1. Fase de excitación, que supone el inicio de los cambios fisiológicos, como la lubricación vaginal en la mujer o la erección en el hombre.
  2. Fase de mantenimiento con un incremento de la tensión sexual entre los dos individuos.
  3. Fase orgásmica con la descarga de la tensión neuromuscular, constituyéndose como el momento más placentera.
  4. Finalmente la fase de resolución con una vuelta gradual al estado previo, en la que el hombre entra en un periodo refractario, durante el cual es difícil que pueda conseguir otra erección.

En cualquier caso, a veces, no se recorren todas las fases o se recorren a distintos ritmos. Además no hay que suponer que los cambios fisiológicos determinan la calidad de la respuesta sexual. Es necesario conocer las respuestas emocionales y psicológicas durante el proceso.

Para que comience la excitación es necesario que exista el deseo sexual, cuya falta es un motivo de demanda de ayuda profesional en psicología, especialmente en las mujeres. En estos casos la persona refiere una disminución a ausencia de fantasías y deseos de actividad sexual mantenido durante un tiempo, lo que le produce malestar y dificultad de relación interpersonal.

En otras ocasiones, el problema surge durante la excitación, con una incapacidad, en las mujeres, para obtener o mantener la respuesta de lubricación hasta la terminación de la actividad sexual. En el hombre, se presenta una incapacidad para obtener o mantener la erección apropiada hasta el final. De hecho, la impotencia es el problema más común entre los hombres que buscan ayuda profesional.

Otro motivo de consulta es la disfunción orgásmica, apareciendo una ausencia o retraso persistente del orgasmo tras una fase de excitación normal. La anorgasmia es frecuente en las mujeres. En el hombre puede darse la eyaculación precoz, apareciendo esta en respuesta a una estimulación sexual mínima antes, durante o poco tiempo después de la penetración.

Algunos de los problemas sexuales que surgen en una pareja están relacionados con el dolor: pudiendo aparecer un dolor genital recurrente asociado a la relación sexual tanto en hombre como en mujeres –dispareunia-, o vaginismo en la mujer, con la presencia persistente de espasmos involuntarios de la musculatura del tercio externo de la vagina que interfiere en el coito.

¿Qué factores influyen? ¿Se pueden tratar?

Los problemas sexuales pueden surgir por dificultades fisiológicas o psicológicas que limitan la participación o la satisfacción en las actividades sexuales.

En cualquier caso son necesarios evaluar la edad de la persona, la novedad de la pareja o situación, la experiencia sexual, la estimulación recibida y la frecuencia de la actividad sexual, dado que la actividad sexual de las personas es vulnerable a una gran variedad de factores, los cuales es necesario analizar.

Habitualmente en la mayoría de los problemas sexuales están presentes la ansiedad asociada a las relaciones sexuales, la falta de habilidad y conocimientos sobre el desarrollo sexual propio y de la pareja y la adopción del rol de espectador en la relación.

El tratamiento es posible con resultados altamente satisfactorios.

Nuestro equipo clínico interdisciplinar persigue los siguientes Objetivos:

  • Establecer una Relación Terapéutica de Ayuda, favoreciendo un clima de colaboración y de entendimiento, aproximándonos al origen del problema.
  • Evaluar el tipo de disfunción sexual que la persona sufre, de una manera amplia, considerando la implicación de la pareja si se tuviera, con un análisis profundo de las áreas afectadas, descartando problemas de origen orgánico si los hubiera.
  • Diseñar un Plan de Tratamiento adaptado a las necesidades de cada caso en particular.
  • Desarrollar programas de competencia y desarrollo sexual, estableciendo unos objetivos alcanzables mediante la terapia sexual.

Si necesitas más información puedes contactarnos a través de la clínica virtual, un psicólogo online te atenderá.

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