La esquizofrenia presenta un cuadro clínico muy variado y complejo, acompañado en muchas ocasiones de alteraciones en la percepción, pensamiento, lenguaje y/o afectividad, generando graves dificultades en las relaciones sociales y/o laborales, pudiendo afectar de varios modos al estilo de vida de la persona.
La persona puede presentar alucinaciones –oyen, ven, huelen o sienten cosas que otras personas no experimentan-, delirios que distorsionan la percepción del mundo y su relación con los demás, pensamientos desorganizados, o gran desinterés, pérdida de iniciativa, falta de respuesta emocional, aislamiento, lentitud de pensamiento, falta de atención o de comprensión.
El conjunto de síntomas psicológicos varían en cada persona, puede cambiar con el paso del tiempo o empeorar en situaciones de recaída.
Aunque no se puede precisar cuál es la causa de este trastorno, pudiendo estar implicados tanto factores genéticos, -dotando de una alta vulnerabilidad a ciertas personas-, como ambientales, -actuando como precipitantes-, sí se puede abordar el trastorno con tratamientos cada vez más eficaces.
A veces, las personas con esquizofrenia pueden reconocer cuándo están enfermando o recayendo, apareciendo episodios de psicosis. Otras veces son los amigos o familiares, quienes identifican signos tempranos de recaídas, entre los que se encuentran: dormir menos y comer menos, no salir de la cama, incapacidad para concentrarse, algún comportamiento inusual, ideas extrañas, escasa higiene personal, menos motivación por las actividades. Ante estos síntomas hay que tratarse lo antes posible por profesionales en psicología y psiquiatría.
`Si te sientes superado y no sabes como abordar la enfermedad, en Psicoafirma contamos con psicólogos y psiquiatras colegiados especialistas. Consúltanos a través del teléfono o de la Web con nuestra Clínica Virtual.
¿Cómo es el tratamiento?
A pesar de la complejidad del cuadro, las personas que sufren esquizofrenia pueden disfrutar de la vida, aprendiendo a controlar sus síntomas y evitar recaídas.
Para ello el tratamiento es crucial, tanto farmacológico, como psicoterapéutico, enseñando a convivir con la patología, reaprendiendo nuevos estilos de vida más saludables, estableciendo redes de apoyo, en muchas ocasiones vinculadas con las artes plásticas, el deporte o talleres profesionales.
Compartir las experiencias con un profesional empático (psicólogo o psiquiatra) y hablar aquello que preocupa, del malestar que se está sintiendo, le va a ayudar a entenderse mejor a sí mismo y a descubrir formas de tratar el trastorno.
El pronóstico del trastorno mejora con la detección temprana de los síntomas, el inicio rápido del tratamiento psicológico–médico y psicológico-, el apoyo familiar, entrenamiento psicosocial, la búsqueda de ocupaciones positivas y mejora de la salud física -facilitada por cambios en el estilo de vida, reducción de consumo de tabaco, alcohol u otras drogas, ejercicio físico y dieta equilibrada-.
Los familiares y amigos pueden verse profundamente afectados por este problema, teniendo que afrontar las dificultades que conlleva apoyar a la persona que padece una esquizofrenia. En Psicoafirma nuestros profesionales colegiados te ayudan a afrontar el problema, dotándoos de estrategias de resolución de conflictos y de gestión de las emociones. Para poder cuidar hay que sentirse cuidado.
¡La rehabilitación y el camino hacia la recuperación son posibles!
Psicoafirma: Un equipo clínico interdisciplinar para ayudarle en su recuperación de la esquizofrenia
Enfoque especializado psicológico y psiquiátrico para pacientes con esquizofrenia:
- Establecer una Relación Terapéutica de Ayuda, favoreciendo un clima de colaboración y de entendimiento, analizando las áreas más afectadas, tanto personales, como familiares y sociales.
- Evaluar la sintomatología que la persona sufre, de una manera amplia.
- Diseñar un Plan de Tratamiento adaptado a las necesidades de cada caso en particular, comenzando por la resolución de los problemas que generan más incapacidad.
- Dotar a la persona de Herramientas y Recursos que le ayuden a combatir el malestar.
- Reducir o interrumpir los síntomas para permitir que la persona participe en las actividades diarias y disminuya el número de recaídas.
- Mantener la adherencia al tratamiento: en ocasiones puede sentir que tomar la medicación tiene inconvenientes pero tomarla le permitirá recuperar el control de su vida.
- Iniciar o reanudar las actividades cotidianas, como trabajar, estudiar, vivir independientemente o mantener relaciones sociales.