Las personas obsesivas en ocasiones presentan rituales o pensamientos obsesivos. Si bien es capaz de reconocer su cualidad compulsiva, lo irrelevante o sin sentido de la misma, no puede evitar resistirse a ello. Constituyéndose en muchos casos un Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). La persona intenta rechazar estos pensamientos, ignorándoles o mediante rituales repetitivos, para calmar la gran ansiedad que generan.
Las obsesiones no son preocupaciones excesivas a problemas reales. Son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos persistentes que se experimentan como invasores y sin sentido, de manera que la persona intenta suprimir o neutralizar.
En respuesta a la obsesión se realizan compulsiones, dirigidas a neutralizar o reducir el malestar o algún acontecimiento o situación temida. Son conductas repetitivas, como lavarse muy frecuentemente las manos, ordenar, hacer comprobaciones, etc, o acciones mentales, como rezar, contar, repetir palabras en silencio, pudiendo la persona reconocer en algún momento que son excesivas o irracionales.
Tanto las obsesiones como las compulsiones producen gran malestar: la persona pierde gran cantidad de tiempo en ellas, o interfiere de manera significativa en su rutina habitual, con su actividad profesional o con sus actividades sociales. En definitiva afecta a su calidad de vida e interfiere en las relaciones personales.
Entre las manifestaciones clínicas, puede haber rituales de limpieza o lavado, en los que la persona teme un foco de suciedad o contaminación, rituales de repetición, como la repetición de números según una secuencia específica hasta que el malestar desaparezca, rituales de comprobación, de cosas variopintas, como la llave del gas o del agua, rituales de acumulación, en los que la persona acumula multitud de objetos inservibles, incapaz de deshacerse de ellos y/o rituales de orden, en los que se genera un enorme malestar al ver cosas “fuera de su sitio”.
¿Se pueden afectar otras áreas? ¿Me puedo recuperar del trastorno obsesivo?
En muchos casos estos problemas obsesivos compulsivos se acompañan de síntomas depresivos, lo que hace necesario hacer una buena evaluación del problema, analizando otras áreas que puedan estar afectadas. A pesar de lo incapacitante que puedan resultar estas conductas, hay que tener presente que la recuperación es posible.
La Terapia Psicológica es clave en el abordaje clínico, acompañada habitualmente de un tratamiento farmacológico, para ayudarnos a disminuir el nivel de malestar de la persona, permitiéndonos explorar y abordar a un nivel más profundo y psicológico las causas del problema.
El tratamiento psicológico es clave, con ello conseguimos devolverle el control de su vida, sin sentirse esclavo de sus pensamientos y rituales compulsivos.
Nuestro equipo clínico interdisciplinar de psicólogos y psiquiatras te ayudan a:
- Establecer una Relación Terapéutica de Ayuda, favoreciendo un clima de colaboración y de entendimiento, que nos permita entender las circunstancias de cada persona.
- Evaluar el tipo de Obsesiones/Compulsiones que la persona sufre, de una manera amplia, con un análisis profundo de las áreas afectadas y del origen y desarrollo del problema.
- Diseñar un Plan de Tratamiento adaptado a las necesidades de cada caso en particular, comenzando por la resolución de los problemas que generan más incapacidad.
- Dotar a la persona de Herramientas y Recursos que le ayuden a combatir su malestar, modificando creencias disfuncionales que puedan estar influyendo.
- Desarrollar programas de exposición a los estímulos externos o internos temidos, que están provocando la obsesión y/o compulsión.
Consulta a través de nuestra clínica virtual con nuestro psicólogo online. Te ayudaremos con terapia a superar el trastorno obsesivo compulsivo.