Muchas veces nos hemos preguntado cómo se forma nuestra personalidad, que factores influyen en que seamos cómo somos… los factores genéticos y los ambientales son los más conocidos desde los artículos publicados en revistas científicas…
Cada persona es un mundo, todos somos diferentes y eso enriquece sin duda, los diferentes entramados de relación que formamos. Hay personas más extrovertidas, otras más tímidas, algunas más atrevidas y otras más miedosas… ¿de qué puede depender que seamos tan diferentes? ¿se pueden cambiar estos factores de personalidad?
Muchas personas dicen aquello de “tiene una fuerte personalidad” cuando quieren decir que tiene un fuerte carácter, o mucho temperamento. La personalidad es algo que nos imprime una forma de ser determinada, pero no está radicalmente exento de ser modificado. En los niños los patrones temperamentales, lo que se denomina el carácter, son más fáciles de modificar, por ello es importante tratar cualquier situación problemática desde que se identifica, ya que habrá más probabilidad cambio. Pero en la edad adulta también es posible el cambio… desde nuestra capacidad de introspección, es decir, nuestra capacidad de reflexionar sobre nosotros mismos, podemos cambiar aspectos de nosotros mismos que nos hacen daño, o que nos causan dificultades en nuestro entorno personal o laboral.
El cambio es posible con una actitud de compromiso, desde la que podremos lograr éxito en lo que te propongas.
Hay personas que tienden más a deprimirse, otras que parecen más optimistas, unas que tienden a aislarse y otros por el contrario que buscan constantemente a los demás… ¿a qué se deben estos patrones tan diferentes? ¿puedo cambiar yo mi forma de ser? ¿un psicólogo puede ayudarme?
Cómo somos, depende de numerosos factores que influyen en la formación y consolidación de nuestra personalidad. Los genéticos nos vienen dados y los ambientales son aquellos que dependen de cultura, educación, apego…
Desde nuestro marco clínico entendemos que los factores dependientes del apego y los vínculos establecidos constituyen en gran medida nuestra forma de ser y por tanto, nuestra forma de relacionarnos con los demás… y es por tanto, desde ahí desde donde pueden operar los mayores cambios.
Digamos que si modificamos nuestro esquema mental, nuestro patrón de entender como nos relacionamos y como han funcionado las dinámicas relacionales, cambiará en gran medida nuestra personalidad.
Por tanto, claro que es posible cambiar, tengamos la edad que tengamos, lo importante es entender qué nos ha llevado a ser cómo somos para ser agentes que construyen su propia vida.
Desde nuestro equipo de psicólogos, tenemos la formación y la experiencia necesaria para acompañarte en este proceso de cambio, que sin duda supondrá un punto de inflexión en tu vida.
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