Tendencias destructivas ¿Drogas?

En qué pensamos cuando alguien tiene una Adicción ¿Es un enfermo crónico? ¿Un enfermo mental? ¿Alguien con poco juicio, poca formación? ¿En qué medida se trata de irresponsabilidad?  ¿Es una elección? ¿El origen del problema radica en una familia desestructurada? ¿Es un trastorno hereditario? ¿Todo depende de la predisposición genética? ¿Solo genera adicción las drogas? ¿Cuántas tendencias destructivas observamos en el comportamiento humano?

Responder a todas estas cuestiones es una tarea que da para mucho.  Lo que quizás si podríamos decir es que las personas con tendencias destructivas son personas inmersas en un túnel sin salida, algo que buscan constantemente y a la vez algo de lo que no pueden escapar.  

Tendencias destructivas.

En este artículo queremos hablar de las sustancias tóxicas y de la problemática de la adicción, como una tendencia destructiva de tantas que existen. No es la droga, la que engancha al adicto, sino que es la dinámica psíquica la que encierra en el consumo al adicto. “El sujeto sujetado a la droga” V. Korman.

Teniendo en cuenta esta dinámica psíquica podemos pensar en esas tendencias destructivas que también existen además de la adicción a las sustancias. Conocemos infinidad de dinámicas que atrapan al sujeto en un espiral de la que no le resulta fácil salir (en ocasiones imposible).  Podemos pensar por ejemplo en las adicciones comportamentales, como por ejemplo: adicciones al juego, a las tecnologías, a las compras, etc.

¿Qué fue antes el huevo o la gallina?

Los modelos de asistencia al adicto se basan en que el origen del problema radica en el consumo como tal. De esta forma la droga es el origen del mal. Estos modelos siguen los pasos de los modelos bacterianos o virales, “el agente etiológico, la droga en este caso, ataca al organismo y produce una enfermedad” V. Korman.

Este autor propone otra mirada, sobre la que hablaremos a continuación.

“La importancia de los factores psíquicos en la etiología de las adicciones”

Victor Korman nos invita a pensar la cuestión de la drogodependencia desde la problemática del sujeto. Apunta al lugar desde el que se ha establecido la dependencia. Habla de las distintas modalidades de adictos, tantas como sujetos diferentes, pero que comparten algo común. Eso que sucede antes. Explica con detalle como el problema reside en el sujeto y en la relación que él ha establecido con la droga, no en la sustancia misma.

“Siempre hay alguien tras (en) el fenómeno de la ingesta de productos” V. Korman

Hacer mención a que el problema reside en el sujeto tiene que ver con aquello que sucedió en su estructuración psíquica, comprendiendo al sujeto desde la perspectiva Freudiana. Eso que todos los adictos tienen en común es la fragilidad de la estructura psíquica. A esto se le añaden las pertinentes consecuencias del abuso de las sustancias y las pertinentes consecuencias de las circunstancias en las que se ven envueltos dada la necesidad de conseguir la sustancia: agresiones, violencia, conflictos, exclusión, etc.

La relación con la sustancia y sus efectos.

Es importante señalar como en el inicio de la relación con la sustancia el futuro adicto, encuentra calma, algo que aplaca ese malestar insoportable que padece. Insisto, solo en un inicio, luego esta sensación se desvanece.

Con el tiempo terminan por hacerse más que evidentes los efectos destructivos de las sustancias, es por esto que piensa que la sustancia es la que produce la enfermedad, la toxicomanía. No obstante, lo que sucede según Korman, es que estos efectos no permiten ver más allá, tapando los determinantes subjetivos de la adicción y desplazando en consecuencia la comprensión última del fenómeno.

El contexto: lo social.

El ser humano es un ser gregario, social por naturaleza y desde el día en que nacemos ya estamos inmersos en el tejido social y cultural. Realmente, ya lo estamos antes, desde que existe conciencia de ese bebé en gestación el entramado familiar se mueve para dar un lugar a ese bebé: hijo, hermano, sobrino, nieto, etc.

¿De qué forma interviene el contexto?

El contexto es otro de los factores a tener en cuenta, puesto que estos adictos de los que hablamos ya están atravesados por el discurso social, que también han interiorizado. Se convierten en víctima y victimario. Consumen, trafican, chantajean, delinquen. Identifican el problema en el consumo de la sustancia, eximiendo la responsabilidad de sus actos (V. Korman).

Es importante tener en cuenta que el mismo contexto también es quién brinda la prevención primaria de la problemática y la atención clínica del toxicómano.

Los múltiples factores que influyen en los efectos y las experiencias del consumo de sustancias: Triángulo de Zinberg.

En la experiencia del consumo intervienen múltiples factores que influyen. Este autor, Zinberg hace una clasificación para señalar que tres aspectos considera que influyen en cualquier consumo. Hace referencia a la persona, a la sustancia y al contexto. Habla de las características personales y/ o individuales de la persona que consume sustancias. También incluye las características del contexto socio-cultural y la organización social en la que tiene lugar el consumo. Y tiene en cuenta las características farmacológicas concretas de las sustancias.

El abordaje de las toxicomanías.

El abordaje clínico del adicto es un abordaje complejo. Ya que supone una problemática compleja y se deriva de múltiples variables que entran en juego, como venimos señalando. Variables referidas al sujeto, por una parte, al objeto de consumo por otra y al contexto social, familiar, etc.

¿Por qué es importante la prevención del consumo de drogas?

La prevención es considerada una de las mejores alternativas para hacer frente al problema del consumo de drogas. En España existe una amplia red de alternativas y profesionales al tanto del tratamiento de la dependencia de sustancias. No obstante, el tratamiento no resuelve el problema de la adicción. Ya que es frecuente la recaída y habitual la cronificación de la dependencia (Becoña y Vázquez, 2001).

¿Cuáles son los objetivos principales que persigue lograr la prevención de las adicciones?

  1. Retrasar la edad de inicio del consumo de drogas
  2. Limitar el número y el tipo de sustancias utilizadas.
  3. Evitar la transición de la prueba ocasional de sustancias al uso frecuente o establecimiento de relaciones de dependencia con las mismas.
  4. Disminuir las consecuencias negativas del consumo en aquellas personas que consumen drogas o que tienen problemas relacionados con dicho consumo.
  5. Educar a las personas para que sean capaces de mantener una relación madura y responsable con las drogas.
  6. Potencias los factores de protección y disminuir los riesgos para el consumo de drogas.
  7. Modificar las condiciones del entorno socio-cultural y proporcionar alternativas de vida saludable.

Lo que pretenden los programas preventivos es destapar el tabú acerca de las sustancias y brindar información objetiva, poner en conocimiento a la población de los riesgos y peligros del consumo de sustancias. No obstante, y pese los esfuerzos que se invierten en prevención el creciente consumo y abuso de las sustancias es una realidad del día a día. Es por este motivo que será importante conocer a que nos enfrentamos, cómo reaccionar, qué sí se debe hacer y que no se debe hacer.

¿Cuál es la realidad del consumo de sustancias?

El consumo activo es una realidad de la población. Se consume habitualmente. Los datos nos dicen que ninguna problemática relacionada con la salud mental ha visto incrementado su número de casos en las últimas décadas como en las toxicomanías y el consumo de sustancias. Lo realmente alarmante en el aumento de esta incidencia es que al aumento de casos le sigue el descenso de la edad a la que se empieza a consumir. Nuestros jóvenes son población de máximo riesgo.

Nuestros jóvenes ¿Y con las drogas qué…?

La adolescencia es un periodo de crisis, es uno de los momentos evolutivos más importantes de la vida. En esta etapa se produce parte del proceso de estructuración psíquica, es un momento en el que multitud de variables relativas a la personalidad toman forma y se establecen. No podemos olvidar que también es a su vez un momento de cambios, es la etapa de la búsqueda¿Quién soy?” “¿Quién quiero ser?”.

En este proceso de búsqueda impera el “ensayo -error”. El adolescente experimenta y prueba en esa búsqueda que le hará llegar el resultado final. Para poder encontrarse tiene que buscar y probar ¿Probar?, ¿Y con las drogas qué, también va a probar? Pues sí, efectivamente, es probable que pruebe, quizás no, pero sería un error eludir la posibilidad. Es aquí cuando la prevención y la información deben están en orden, al día.

¿Qué debes saber de las sustancias psicoactivas?

Lo primero y más importante para hacer frente a cualquier problemática es conocer de que se trata. ¿Qué son las sustancias psicoactivas? ¿Cuáles son los tipos de sustancias que existen? ¿Qué efectos tienen? ¿De qué modo se consumen?

Algunas de estas preguntas se responden acudiendo a las clasificaciones descritas y detalladas que existen en la literatura científica acerca de esta temática. Otras se responden atendiendo a la información actualizada y a la realidad de lo que acontece en el día a día puesto que los tipos de sustancias crecen y cambian y los modos de consumo varían, aumentando riesgos en la inmensa mayoría de las ocasiones.

Las diferentes sustancias psicoactivas: breve clasificación.

  • Sustancias principales.

Éstas se clasifican en función de los efectos que producen de modo que se diferencia entre, estimulantes, depresores y psicodélicos. Algunos ejemplos: el alcohol, el cannabis, el cloretilo (un gas anestésico), la cocaína, GHB (“éxtasis líquido”), ketamina (anestésico disociativo), LSD (dietilamida del ácido lisérgico), MDMA (de la familia de las fenetilaminas, llamada “droga del amor”), metanfetaminas, etc.

  • Adulterantes.

Son sustancias que se añaden a las principales para aumentar el volumen y producen efectos por sí mismos. Algunos ejemplos: la cafeína (estimula el sistema nervioso central), Fenacetina (analgésico antipirético), levamisol (fármaco utilizado en veterinaria para eliminar infecciones parasitarias), lidocaína (anestésico local), paracetamol (analgésico corriente), etc.

  • Las nuevas drogas (NPS).

Son las sustancias que surgen como novedad y de las cuales en consecuencia se desconocen sus efectos, lo que las convierte en más peligrosas. Esto no es nuevo, la búsqueda de nuevas sustancias que produzcan estados alterados de conciencia es un fenómeno que siempre ha existido, no obstante, tras establecer un sistema que fiscaliza y lo controla se percibe un aumento del ritmo de aparición de nuevas sustancias.

Muchas de estas sustancias han sido previamente descritas en la literatura científica o son modificaciones estructurales de otras sustancias. En menor grado también se encuentran sustancias vegetales. Suelen tener por norma general los mismos efectos que las drogas ya conocidas, pero con matices diferentes. No obstante, la investigación científica sobre ellas es limitada, dada la novedad, lo que aumenta los riesgos para la salud.

La importancia de ser conocedor, tener información.

Será importante tener jóvenes conocedores de toda la información que necesitan para saber a qué se enfrentan, para poder hacerse dueños de ese papel de adultos con el que la adolescencia los coloca y puedan así decidir si eso les conviene o no. Quizás sepan que no les conviene, pero quieren probar, experimentar ¿A ver de qué va esto? Ningún adulto, ni ningún padre puede controlar a un adolescente en crecimiento, pero lo que sí podemos hacer los adultos que acompañamos a los jóvenes es brindar apoyo, permaneces, mostrarnos disponibles, enteros, seguros, preparados para lo que acontezca.

Esto no significa que no nos asuste el consumo y mucho más que no asuste saber que un hijo consume, porque sí, efectivamente asusta y mucho, porque es un peligro real. Por suerte como adultos disponemos de experiencia y herramientas, sabemos que existen profesionales a los que poder acudir y en el plano de las adicciones serán importantes los profesionales de la salud mental.

¿Qué hacer ante una situación complicada con alguien que se encuentra bajo los efectos de cualquier sustancia psicoactiva? Un “mal viaje”.

Empecemos por aclarar que es eso de “un mal viaje”. Cuando alguien consume cualquier tipo de sustancia psicoactiva, espera encontrar un efecto placentero, pero éste no siempre ocurre. En ocasiones se produce un efecto negativo, una sensación desagradable que puede llegar acompañada de alucinaciones desagradables, agitación, ansiedad, pánico, desconfianza de las personas del entorno y síntomas físicos como sudor y temblores.

Esta sintomatología, la del “mal viaje”, puede ser fruto de mezclar sustancias, consumir una dosis demasiado alta, estar en un mal estado emocional y/o tener vulnerabilidad o predisposición genética a desarrollar una enfermedad mental.

Puede llegar a tener una duración de 24 horas, en los casos en los que los efectos se mantengan durante más tiempo será muy importante acudir a urgencias solicitando ayuda médica.

Ante “un mal viaje” te recomendamos:

  • Buscar ayuda de quién no esté bajo los efectos de las sustancias.
  • Si tú eres esa persona, pero prestar ayuda a otro bajo los efectos de las sustancias te angustia o te asusta, debes buscar a alguien que tenga experiencia en este tipo de situaciones y acompañamientos o a quien no le altere la situación. Si no son posibles ninguna de estas alternativas pide ayuda de algún profesional en urgencias.
  • Es importante no empeorar la situación.
  • En la medida de lo posible será importante averiguar bajo que sustancia o sustancias se encuentra la persona, durante cuando tiempo ha consumido y que cantidades (aproximadamente) se ha administrado.

¿Qué cosas no ayudan ante una situación crítica?

  • Dar órdenes directas de calma y tranquilidad “cálmate, tranquilo/a”. No funciona ni bajo los efectos de las sustancias (ni casi en ninguna circunstancia en la que una persona esté alterada).
  • Insistir en hablar o preguntar a la persona bajo los efectos de la o las sustancias cuando realmente no puede escuchar ni responder.
  • Permanecer y mostrar un estado de inquietud, susto o desesperación ante la situación.
  • Evitar los juicios, incluso hacer referencia al momento y a la experiencia como “está siendo una mala experiencia, un mal viaje”, no ayuda.
  • Es importante no dejar sola a la persona que se encuentra en esa situación difícil, es preciso acompañarla hasta que los efectos desaparezcan por completo.

¿Qué cosas sí funcionan?

  • Permanecer y mostrarse en calma. Esto puede percibirse en el tono de voz los gestos y se refleja en las decisiones que se toman frente a la situación de emergencia, será preciso un tono relajado y calmado.
  • Asegurarse de trasladar a un espacio tranquilo sin estímulos sensoriales a la persona afectada. Algunos ejemplos pueden ser: abrir una ventana, encender o apagar la luz, buscar una temperatura diferente sin que se dé un cambio brusco, cambiar la música que suena o salir de la discoteca, etc.
  • Recordarle a la persona afectada que lo que le ocurre es el efecto de lo que ha consumido y que las sensaciones desagradables desaparecerán en cuestión de tiempo.
  • Orientar a la persona en espacio y tiempo recordándole quién es y con quién se encuentra.
  • Dar soporte físico si la persona está receptiva o incluso lo pide.
  • Sugerir que observe su cuerpo y su respiración, acompañar a la persona en respiraciones lentas y profundas si es posible. No obstante, a veces lo mejor es simplemente aceptar la situación tal como es, sin pelear contra los efectos que experimenta la persona.
  • Estar muy atento a aquello que sí funciona, e incidir en ello, en aquello que si ayuda o favorece el apoyo en la situación.
  • Lanzar mensajes sencillos, frases cortas.

 

 

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