Las sectas: la deriva a lo sectario, el control coercitivo.

Este artículo es una breve introducción al respecto de lo sectario. Con el apoyo en los trabajos y estudios de Miguel Perlado se trata de transmitir algunas ideas clave para alcanzar a comprender el fenómeno sectario. Nos centraremos en comprender qué se entiende por secta, cuál es el funcionamiento de la deriva de lo sectario y qué papel cumple el control coercitivo en todo esto.

Miguel Perlado es Psciólogo Clínico, Psicoterapeuta y Psicoanalista. Cuenta con más de 20 años de experiencia en el estudio y el trabajo tanto clínico como académico al respecto de la deriva de lo sectario. Interviene regularmente como perito especialista en sectas en los juzgados, entre otras labores al respecto de este mismo ámbito.

¿Qué es una secta?

Definir qué es una secta es complejo puesto que es un fenómeno muy diverso. No es posible hacer una definición al uso, si no que implica describir con precisión aquello que acontece en lo sectario; el fenómeno sectario.

Éste fenómeno se inicia con la formación de un grupo en torno a alguien que lidera; el elegido. A menudo, al líder se lo considera elegido por un dios o una fuerza poderosa y sobrenatural. El grupo tendrá una estructura y un funcionamiento determinado y particular en el que se imponen las exigencias de convicción, devoción y dedicación excesivas hacia una persona, idea u objeto. Será de este modo que con la exigencia y la codependencia generada se ejerza un control sobre sus miembros, siempre en beneficio del líder.

Podría decirse, según lo descrito por Miguel Perlado, que la adhesión sectaria se establece sobre la base de una codependencia especular entre gurú y adepto, en una relación o en un contexto de grupo en el que se ha institucionalizado el dominio y el control coercitivo.

Lo sectario, una realidad no tan alejada de la actualidad.

Las sectas están muy presentes en la actualidad, se encuentran en el mundo que habitamos inmersas en el mundo de la empresa, la salud, la política, etc. Diferenciar lo sectario de lo que no lo es, requiere de atender a muchos matices. Su expansión popular, le otorga una connotación peyorativa y habitualmente alejada de

lo que realmente es. Mientras los académicos tratan de concretar el concepto proponiendo otros términos como: grupos de manipulación psicológica, grupos totalitarios, grupos abusivos, grupos coercitivos, etc. Podría decirse que el concepto secta ha cambiado con el tiempo pasando de ser considerados grupos marginales a conformar grandes grupos que dan forma a un mundo paralelo.

Breve etimología: el origen de su significado se encuentra en el latín.

Las sectas siempre han existido a lo largo de la historia. En un inicio, éste era un concepto muy asociado a lo extraño o disruptivo. Secta es una palabra que proviene del latín y cuyo significado apela a una forma de vivir, una manera de pensar, un pensamiento político, filosófico, religioso o doctrinal. Deriva del participio sectus del verbo sequi, que significa seguir. Es decir, seguir un modo de pensar, un determinado pensamiento. Pero también tiene su sentido de sección, segmentación o separación de una iglesia (sectio, secare). Fue alrededor del siglo IV cuando la idea de secta queda asociada a la idea de grupo que se separa de la religión dominante. (Perlado, M. 2020)

La doctrina no es lo peligroso ¿Qué sentido tiene la doctrina?

Podría pensarse que lo peligroso de una secta es su doctrina. Ya que la doctrina tiene que ver con el conjunto de ideas, un pensamiento determinado, ese que sostiene y comparte el grupo. No obstante, a los expertos en la materia no les preocupa la doctrina, si no las prácticas. Al respecto de la doctrina y pese a que algunas sectas tienen ideas extravagantes o radicales, otras tienen ideas convincentes e incluso interesantes. Puesto que esta es la cara que dan al mundo y la puerta que da entrada a sus miembros.

Miguel Perlado distingue dos tipos de doctrinas, la externa y la interna. La externa, visible al mundo, es una idea armoniosa, lleva implícitos mensajes de integración, realización, bondad, generosidad, etc. Su objetivo es seducir y atraer, buscan calmar y dotar de sentido las ideas o pensamientos de cada persona a la que alcanzan. La doctrina interna pone su objetivo en hacer sentir única y especial a la persona, logrando que cale en ellos el mensaje de que son especiales, de que son los elegidos para algo trascendente. Les transmiten la idea de que esto solo será posible si se vinculan con el grupo. Será de este modo que se otorgue la licencia para las prácticas transgresoras que se desarrollarán.

Funcionamiento sectario.

En los grupos con un funcionamiento sectario se observa una marcada jerarquía en la que se establecen relaciones de dominio. Se debe obedecer al líder, de modo que los miembros se someten ante él, puesto que es el portador del gran legado, el elegido para lo trascendental. El líder proclama su propia interpretación de la realidad descalificando cualquier otra. Se trata de un sistema perfecto, si algo falla, quién falla es la persona, no el sistema. Sus maniobras de seducción se sostienen sobre falsas promesas; sanación, desarrollo personal, poder, etc.

Son grupos que utilizan a las personas, se alimentan de ellos explotando sus capacidades en beneficio del grupo de modo que si lo abandonan sentirán culpa y miedo. Existe un doble discurso. Con el tiempo llegan las rupturas con las ideas y pensamientos previos, la familia, lo social, lo académico y laboral. Todo lo que es ajeno, pertenece a otro mundo, un mundo intolerable.

El control coercitivo.

Éste es uno de los elementos indispensables del fenómeno sectario; ejercer control coercitivo. Para tal cometido el adepto atraviesa un proceso de ruptura y reconstrucción de lo identitario. Esto favorece la adhesión al grupo.

Los dos polos del control coercitivo son el abuso y la compasión. Se ponen en marcha dinámicas de castigo público y humillación que terminan con el rescate del que el grupo se otorga el mérito. Se establece una dinámica abusiva física y psicológica que tiene como objetivo principal transformar la identidad del adepto. Esto supone que posteriormente habrá un renacimiento el cual solo se puede alcanzar a través de la confesión. Morir y renacer, será lo que ocurra en determinados momentos a lo largo de ese proceso de destrucción y reconstrucción de lo identitario.

Criterios que caracterizan a los grupos que funcionan con niveles altos de control coercitivo.

Éstos se extrajeron del análisis de los primeros entornos de reforma ideológica del pensamiento y desde entonces todas las clasificaciones descritas a lo largo del tiempo se rigen en base a ellos.

El control del miedo. El primer paso es el de asegurarse de la ruptura de los lazos con las relaciones previas y la comunicación con todo aquello ajeno al grupo sectario e incluso la comunicación con uno mismo. Dirán que deben librarse de energías negativas, fuerzas demoníacas, etc. y que precisan de un tiempo de cuarentena para sanar y protegerse energéticamente.

La manipulación mística. Se recrea la impresión de una intervención divina y se transmite la idea de que el grupo y sus miembros han sido escogidos para una tarea trascendente. Se logra a través de la construcción de una narrativa idealizada con un gran poder de seducción.

La carga del lenguaje. Toda secta dispone de un lenguaje particular, con sus propios significados. A través de sus propios términos y expresiones bloquean el pensamiento utilizando el lenguaje en forma de clisé, eslogan o mantra que hay que repetir. Las grandes cuestiones de la vida, las cosas complejas, se comprimen en frases breves, fáciles de memorizar que se repiten al inicio y al final en un bucle que da forma al discurso del grupo. La persona pasa a hablarse a sí misma del mismo que le habla la secta. Podríamos poner un ejemplo sencillo “Para amar hay que sufrir”. Siempre es un lenguaje muy cargado emocionalmente.

La exigencia de pureza. Todo lo que está dentro del grupo, es puro. Todo cuanto está fuera del grupo es impuro. Y todo miembro debe amoldarse a las doctrinas y prácticas impuestas o de lo contrario será rechazado y humillado, relegado a la amenaza de quedar sumido en la oscuridad. Esto se torna en un estándar inalcanzable y tiránico puesto que implica que los adeptos trabajen de un modo compulsivo para la organización sosteniéndose en activo ante el deber de cuidar y promover la pureza. Mientras tanto, el adepto experimenta un gran sentimiento de culpa por sus imperfecciones.

El culto a la confesión. Todos y cada uno de los miembros, para ser parte del grupo y merecedores del privilegio de ser elegidos, deben confesar públicamente sus secretos y exponer las sospechas de los secretos que otros miembros puedan tener. A través de la confesión pública uno puede purificarse. Se crea de este modo, un entorno con ausencia de límites que contengan las emociones más primitivas, hasta el punto en el que se terminan por suceder agresiones físicas y/o emocionales entre adeptos. La culpa habita en el grupo y la intimidad no existe.

La ciencia sagrada. Por inverosímil que pueda ser la doctrina del grupo no se cuestiona. Puesto que llegó como una revelación, un mensaje divino, al que solo algunos elegidos tienen acceso y muchos no entienden. Todo aquello o aquel que se aleje de esa doctrina es culpable y responsable de ser imperfecto ya que la doctrina es perfecta en sí misma. La doctrina simplifica la realidad ofreciendo respuestas totales y absolutas.

Doctrina sobre la persona. La doctrina está siempre por encima de la biología y de la propia experiencia de forma que si el adepto era infeliz antes de introducirse en el grupo es la confirmación del beneficio y veracidad de la doctrina. Mientras que cualquier imprevisto que suceda una vez dentro estará en relación al intento externo de apartar al adepto del grupo.

Regulación de la existencia. La salvación del tipo que sea solo existe dentro del grupo. La existencia y la supervivencia queda asegurada dentro del grupo y por el grupo.

¿De qué modo operan las sectas?

Diferentes puntos a tener en cuenta explican el modo de operar de los grupos de deriva sectaria. En primer lugar y como se menciona en lo previo, se somete a los adeptos a una transformación de la identidad. Este proceso de transformación se basa en la idea de que el grupo sectario funciona como un movimiento totalitario. El totalitarismo hace referencia a un tipo particular de organización política que se traspasó al fenómeno sectario. No obstante las sectas no son organizaciones totalitarias puesto que su discurso no es político y porque las sectas no son un estado.

En el fenómeno sectario se promueve un engaño, basado en una manipulación consciente, lo que transforma al líder en un psicópata sin escrúpulos. Se logra la adhesión sectaria, una vez logrado el lavado de cerebro sobre el adepto puesto lo anula y lo controla. Con todo esto se regula al detalle el comportamiento de todos y cada uno de los miembros del grupo. Cómo relacionarse, comportarse, sentir o pensar queda rigurosamente estipulado.

¿Este grupo es una secta? ¿Qué lo indica?

Desterrar estereotipos.
Pese al riguroso estudio de algunos expertos sobre toda la cuestión sectaria, las sectas se organizan de formas más complejas en la actualidad. Los estereotipos de líderes espirituales con túnica y barba larga reducen el campo de visión cuando lo que se pretende es detectar un grupo de deriva sectaria. La tendencia en hoy en día apunta a grupos de apariencia horizontal a diferencia de los piramidales de épocas previas. Así todos parecen estar a un mismo nivel, y será más tarde cuando surja una figura que destaque.

Funcionamiento en red para captar nuevos miembros.
Se despliega un funcionamiento en red a través del cual unos adeptos invitan a nuevos miembros a otras actividades (las del grupo sectario). El potencial adepto había ingresado en una actividad en la cual fue captado por otro adepto, el que extiende la invitación. Así atraen a nuevos miembros.

Imagen cuidada de gran alcance.
La imagen de las sectas hoy en día es algo muy cuidado. Disponen de recursos suficientes para lograr presencia en internet y medios de comunicación con los que llegar a la población. Realizan sus presentaciones en salas de trabajo privadas o espacios públicos. Logran legitimarse al formar parte de movimientos ciudadanos o sociales.

El gurú, lo incuestionable.
No obstante, toda secta tiene un líder o gurú que posee capacidades extraordinarias inexplicables. Se encuentra en posesión de un mensaje de especial trascendencia. Siempre abanderan una doctrina incuestionable. Los miembros deberán adherirse sin cuestionamiento alguno y solo el gurú podrá introducir variaciones.

Límites rígidos.
Éstos grupos instalan un modo polarizado de ver la realidad, se establecen límites rígidos, nosotros- ellos, dentro- fuera. Fuera está lo negativo, la enfermedad, la perdición. Dentro encuentran la luz, la sanación, la salvación. Las personas ajenas al grupo no lo entienden porque no lo han experimentado.

Ser elegido.
El gurú dirá que ha sido elegido, el tiene el cometido de la tarea trascendente que cambiará y transformará el mundo. el grupo siente que forma parte de esa misma tarea. Los de afuera no lo entienden, no están preparados. El sentimiento de creerse escogido es una pieza clave de todo el engranaje sectario.

El esfuerzo por borrar y destruir lo previo.
Se hace un ejercicio de reinterpretación de la vida pasada. Lo presente siempre será mejor, lo anterior es negativo y perjudicial. Los adeptos llegan a creer en falsos recuerdos que son creados e instaurados como parte de su historia previa de modo que todo aquello, aquellas desgracias son parte de ese mundo de lo previo y no de lo actual donde reside la paz y tranquilidad. Donde es posible ser feliz.

Todo tu tiempo es para el grupo.
Se espera de los adeptos que dediquen todo o casi todo su tiempo a las tareas compartidas con el grupo, permaneciendo en relación constante de forma directa o indirecta, de lo contrario serán criticados. Solo dentro del grupo se podrá acceder al conocimiento o la iluminación. fomentando así una dependencia entre sus miembros que permite la emergencia de un comportamiento infantilizado.

Se fomentan las relaciones entre los miembros.
Será importante que convivan y se relacionen con miembros del mismo grupo. La máxima es experimentar la sensación de que no habrá vida fuera del grupo y que la salida comportará algo así como el destierro y la soledad más absoluta. Ningún miembro puede sostener relación con quien se aparta del grupo.

Los movimientos sectarios tienen distintos momentos en los que se pueden diferenciar y apreciar sus maniobras, en primer lugar captan, luego adhieren, posteriormente ejercen control coercitivo destruyendo lo identitario.

 

El fenómeno sectario es una realidad con la que se convive actualmente. Si sospechas que algún conocido pueda encontrarse en estas circunstancias, consulta con un experto para conocer de qué modo es posible brindar la ayuda precisa.

 

Escrito por: Rocío Mallo. Psicoterapeuta. Equipo Clínico de Psicoafirma.

Bibliografía.
Perlado, M. (2024) ¡Captados! Todo lo que debes saber sobre las sectas.

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