¿Cómo sacar a un ser querido del grupo sectario? Segunda parte, acerca de las sectas, la deriva sectaria y el control coercitivo.

Con la intención de poder informar sobre la problemática de la deriva sectaria y sobre algunas de las herramientas útiles para combatirla, damos continuidad a la temática en este artículo centrado en ¿Cómo sacar a un ser querido del grupo sectario? En un artículo previo, titulado “Las sectas: la deriva a lo sectario y el control coercitivo” se hacía una breve introducción para tratar de esclarecer y comprender algo del fenómeno sectario. Tras comprender esto y haber abordado la cuestión del control coercitivo ahora nos centraremos en describir algunas pautas importantes que ayudarán a identificar cuándo un ser querido ha sido captado por un grupo sectario. Respondiendo las siguientes cuestiones ¿Cómo consiguen camuflarse las sectas? ¿Cómo tener la certeza de que un familiar ha sido captado por una secta? ¿Qué cosas No se deben hacer? ¿Qué cosas SÍ se deben hacer?

Las sectas poseen el don de camuflarse y así poder expandirse ¿Cómo lo consiguen?

Pasar desapercibidas y lograr camuflarse es uno de los grandes poderes de las sectas. Deben hacerlo para poder sobrevivir, por lo que saben adaptarse perfectamente al momento social que acontezca. Las sectas de la época actual, distan mucho de las de los años sesenta, que eran más identificables. Actualmente, las sectas son grandes empresas que gracias a la globalización se han transformado en empresas transnacionales. Esto les permite alcanzar un mayor público, crecer y extenderse mucho más rápido.

Por supuesto las nuevas tecnologías también han contribuido puesto que el modo en como se relacionan las personas también ha cambiado. Las sectas de hoy en día son organizaciones con sedes en distintos países del mundo. Estos cambios garantizan la permanencia y extensión de algunos grupos sectarios que llegan a ejercer grandes grupos que presionan en pro de sus intereses. Cuánto mayor sea la crisis, cuánto mayores sean las necesidades y la vulnerabilidad de las personas y la población, más facilidades encuentran estos grupos para captar víctimas, con la falsa promesa de ayudas y mejoras, alcanzables y casi inmediatas. Ahí encuentran nicho.

La nueva era de la salud mental y la mercantilización de la misma.

El malestar en la población crece, es palpable al ritmo que las grandes crisis y catástrofes se suceden. La salud mental de la sociedad se debilita hasta tal extremo en el que es un problema evidente. Otra gran oportunidad de negocio, ahora el bienestar emocional de las personas, es el producto de oro que todos venden. La industria de lo terapéutico abre sus puertas a grandes productos milagrosos y terapias mágicas. La cuestión será la de vender bien ese producto, lograr que cale en el cliente la ilusión de que la salvación y la felicidad está al final del trance terapéutico que proponen. No obstante, esto no es nuevo, es solo la nueva fachada de los charlatanes y curanderos de otra época.

Lo problemático de esto es el mágico efecto placebo, efecto qué a pesar de ser perecedero, logra obrar su magia por un breve espacio de tiempo. Tiempo suficiente para obrar estragos de carácter emocional y económico.

El momento en el que alguien entra en una secta.

Detectar en un ser querido o en alguien cercano un cambio de comportamiento, no suele ser motivo de sospecha suficiente como para pensar en que esa persona ha sido captada por una secta. Es más, de entrada, se observan cambios positivos, cuestión que confunde más aún a quien sospecha. Estos cambios positivos son hechos papables fruto del encuentro con otros que acogen y escuchan.

Entrar en un grupo de deriva sectaria, significa sentir el afecto y el cariño de la acogida que todo el grupo brinda, significa tener un espacio en el que se es mirado y escuchado, significa tener un lugar en el que sentir que se es alguien, alguien especial. Esto forma parte de la estrategia de seducción que atrae y atrapa puesto que deja en la persona unas intensas ganas de continuar en el grupo. Logrado esto, se habrá sembrado la semilla del interés del adepto.

Un lugar de escucha y acogida; el efecto luna de miel.

El adepto siente que por fin ha encontrado a personas que lo comprenden, y con quienes comparte cosas en común. Dirá a los ajenos al grupo que le señale algo de lo que perciben desde fuera, que nada de lo que ven se corresponde con la realidad de su experiencia en el grupo. Incluso los animan a entrar para comprobarlo. Terminarán afirmando que estar ahí, ser parte del grupo es su elección, y pedirá que dejen de controlar su vida.

Detectar que alguien ha sido captado por un grupo sectario, no es fácil, es algo que se observa y acuden en busca de ayuda profesional. A partir de entonces habrán de ponerse en marcha una serie de estrategias guiadas por el profesional con las que se tratará de devolver la libertad al adepto. Esto no será fácil, para empezar, habrá que establecer un acercamiento y una vía de comunicación que permita trazar el camino por el que avanzar hacia el objetivo deseado, la libertad. La mayor de las dificultades será de índole emocional, es por este motivo por el que finalmente muchas familias abandonan la difícil tarea de sacar a sus seres queridos del grupo sectario.

¿Cómo identificar si un ser querido está dentro de una secta?

Miguel Perlado, describe una serie de indicadores y características que ha observado a lo largo de su trayectoria profesional en el trabajo clínico con personas y familias afectadas. Describe aquellos indicadores que ayudarán a identificar si la persona en cuestión ha sido o no captada por el grupo sectario. Será importante tener en cuenta lo siguiente:

  • Comportamiento esquivo y reservado.

La persona que ha sido captada se vuelve distante, deja de compartir con la familia o las personas cercanas todo cuanto previamente sí compartía. Mantiene en secreto las cosas que hace, llegando a mentir ante cualquier intento de acercamiento o interés por lo que hace. Este distanciamiento forma parte de una exigencia del grupo como medida de protección. Ellos dirán que se trata de mantener la pureza de la práctica.

  • Se observan cambios en la manera de hablar.

Las familias observan un empobrecimiento en la forma de hablar de la persona que ha sido captada. Incluso llegan a emplear palabras que las personas no entienden. Usan con frecuencia los mismos dichos o frases hechas a modo de clisé. Cuando hablan de algo, la conversación es monotemática, gira en torno al grupo, el líder o las actividades que hacen. Además, hablan con superioridad moral, actitud que hace sentir como ignorantes a quienes los escuchan.

  • Se observan cambios en la expresión emocional.

Surgen cambios palpables en el plano emocional. Se da un distanciamiento afectivo con los familiares y seres queridos de modo que llegan a parecer puros desconocidos. Puede observarse un cierto aplanamiento afectivo y actitud de indiferencia. A veces, parece que la persona está desconectada de si misma. También es frecuente que hablen de manera eufórica sobre el bien que hacen con aquellas actividades que llevan a cabo.

  • Desinterés por actividades que acostumbraban disfrutar con amigos.

Sus intereses y aficiones cambian drásticamente. Del mismo modo se alejan de las amistades. Todo su tiempo es invertido en el grupo y en actividades con ellos.

  • Distanciamiento o abandono de las actividades académicas.

El desinterés que se observa en una persona que ha sido captada por una secta es de tal calibre que abandonan todo aquello en lo que se estaban formando, sin importar el interés o la pasión que esto despertase en ellos previamente. Ahora, como decimos, todo su interés está puesto en las actividades del grupo, las cuales viven con una significativa euforia. Para el grupo continuar con aquello que estudiaban, es perder el tiempo.

Además, las actividades y tareas que el grupo impone ocupan el tiempo del adepto, dejándolo sin tiempo ni energía para nada más.

  • Cambios en el aspecto físico.

La persona que ha pasado a ser parte del grupo abandona su estilo habitual, cuestión que genera un cambio en la apariencia física, llegando incluso a descuidarse. El deterioro del aspecto físico es algo que se observa con el tiempo. Dejan de cuidar su salud física, no acuden al médico puesto que lo importante está en el interior.

  • Cambios repentinos en la relación de pareja.

Las relaciones de pareja se rompen. Comienza por darse un cierto distanciamiento que se vuelve absoluto. La persona captada tiene todo su ser puesto en otro lugar, ha dejado de ser quién era y de interesarse por lo que se interesaba. El adepto siente que esa persona, la que fue su pareja, es alguien muy distinto de sí y finalmente la pareja se rompe. A veces, se dan nuevas parejas, siempre con personas vinculadas al grupo. Las parejas ajenas al colectivo son consideradas un riesgo para el grupo.

  • Cambios en puntos de vista sociales, políticos o religiosos.

Cuando las familias son creyentes, describen un cambio drástico de actitud en el familiar que ha sido captado, de modo que se da un rechazo activo de todo lo previo. Estas son familias que identifican muy bien los excesos de las sectas religiosas.

En cuanto a ideales y política, también es frecuente notar cambios drásticos y significativos al respecto de las ideas previas. Estas nuevas ideas son enseñanzas del grupo.

  • Compromisos extremos.

Los comportamientos extremos es algo palpable especialmente tras la primera etapa que siempre es más dulce. Dedicación al grupo, exigencia de actividades que rozan lo extenuante, ideas radicales, interés exclusivo para el grupo, cambios físicos y de actitud llamativos, etc.

  • Indicadores de estrés y ansiedad.

En el adepto se aprecia, inquietud, nerviosismo, tensión. No paran, siempre están muy atareados. Esto curiosamente es todo lo contrario de lo que promete el grupo; paz, armonía, gloria.

Tener la certeza de que un familiar ha sido captado por una secta.

Los indicadores expuestos, son una buena guía, no obstante, no es fácil identificar cuando un ser querido ha sido captado por un grupo sectario. Ante las primeras sospechas surge el nerviosismo, llega el miedo y todo son dudas.

  • Cosas que NO se deben hacer:
    • Abordar al adepto con frases como “estás en una secta” “Te han lavado el cerebro” “no puedes tomar decisiones por ti mismo”
    • Argumentar o discutir las creencias que tiene el adepto.
    • Criticar al grupo o a los líderes.
    • Dar sumas de dinero importantes.

 

  • Cosas que SI se deben hacer:
    • Mantener la comunicación con adepto. Será muy importante no perderla nunca.
    • Mantener una posición neutral hacia el grupo sectario.
    • Interesarse por las actividades del adepto.
    • Discriminar cuales son las buenas acciones e intenciones del grupo para poder reforzarlas, pero no aprobar al grupo.
    • Tener conciencia y conocimiento de las actividades del grupo participando solo de algunas de ellas, las más puntuales. No participar, especialmente si son seminarios largos.
    • Será muy importante organizar y acotar el tiempo que el familiar acompañará al adepto a actos y actividades, reservando también un tiempo que suponga la misma inversión para otras actividades.
    • Ser cauto y paciente, muy paciente para poder comprender todo cuanto está pasando y todo aquello de lo que están siendo testigos.

¿Cómo sacar a un ser querido de un grupo sectario?

En un primer momento la respuesta de la familia puede ser de urgencia ya que lo alarmante de la situación asusta y la desesperación los invade. Actuar sin el acompañamiento de un experto puede llevar al fracaso del intento. Las maniobras de control sobre lo que el familiar hace o a donde va, o los discursos en contra del grupo sectario sin escuchar previamente al adepto nunca funcionan.

El mejor modo de acercarse a un adepto, es desde la calma y el respeto poniendo la escucha por delante. Se precisa de tiempo para el acercamiento y para la preparación de cara al momento real de la intervención de la salida. Ese tiempo será preciso para conocer y entender el funcionamiento del grupo sectario o al menos acercarse a comprender todo cuanto sea posible de él. Todo esto requiere de tiempo y esfuerzo, se precisa mucha tolerancia. Lo más complejo es el aguante emocional que además será preciso sin la certeza de lograr el objetivo que se persigue.

Primero es preciso trabajar con la familia.

La familia debe identificar y reconocer sus fortalezas y debilidades. Habrá de esclarecerse que vínculo tiene cada miembro con el adepto. Esto implica un acercamiento muy íntimo que no siempre es fácil con las familias. Puesto que quizás implica reconocer que entre ellos hay problemas, conflictos e incluso patologías. Abordar la cuestión de los vínculo, relaciones y comunicación entre los miembros de la familia será el primer paso, será la puesta a punto para la tarea que llegará posteriormente, la intervención para la salida.

  1. Mantener la calma.

    La urgencia y la desesperación son cuestiones que empujan a la imprudencia. Ayudar a un ser querido a salir de una secta, es un proceso duro y largo. Se precisa de tiempo para trabajar.

  2. Ser objetivo y prudente.

    No todo el mundo va a entender el problema y será difícil contener las emociones motivos por los que será importante ser lo más objetivo posible y escoger bien a esas personas con las que poder hablar del tema en cuestión.

  3. Valorar los recursos de la familia.

    Enfrentarse a un proceso de estas características implica sufrir momentos de mucha tensión emocional ¿Qué familiares están preparados para soportarlo? Las familias que hayan podido resolver conflictos en el pasado dispondrán de más herramientas y fortaleza para la tarea actual. Entre los recursos también será importante valorar los relevos entre los distintos miembros de la familia cuando las fuerzas se agoten. Los recursos económicos y de tiempo también son vitales para el proceso, ya que la intervención de profesionales como el terapeuta, el abogado y el detective son necesarias.

  4. Organización del tiempo y de toda la información.

    que se va recogiendo. Habrá mucho que investigar y comprender por lo que será preciso ir tomando anotaciones y organizando cada dato que se logra descubrir. Direcciones, nombres de personas, que funciones cumplen, información al respecto del grupo sectario (como se organizan, como se comunican, que actividades llevan a cabo habitualmente, etc.)

  5. Es importante cuidarse.

    Se recomienda no sumergirse en todo esto que tanto preocupa abandonando cualquier otra rutina u actividad. Será preciso oxigenarse, tratar de despejarse y no obsesionarse con el tema.

 

Es importante tener presente que el contenido de este artículo no sustituye el abordaje y acompañamiento de los distintos profesionales precisos ante una situación de estas características. No obstante, éstas son herramientas útiles que tener siempre presentes frente a la deriva de lo sectario. 

 

Escrito por: Rocío Mallo, Psicoterapeuta, Equipo clínico de Psicoafirma.

Bibliografía.

Perlado, M. (2020) ¡Captados! Todo lo que debes saber sobre las sectas.

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