La actualidad y esta situación de emergencia sanitaria, ante la presencia arrebatadora del Covid-19, nos ha hecho imponernos una situación de aislamiento por prevención, y apela a nuestra responsabilidad como ciudadanos, el lema de cuidarnos para cuidar a otros... supone hoy en día un gran aprendizaje en hábitos de higiene mental.
Estos momentos sin duda difíciles para todos, de enfrentarnos a algo nuevo, global… nos hace conscientes de que juntos podremos salir de esto. El decreto de estado de emergencia por parte del Gobierno y las recomendaciones sanitarias, nos han hecho luchar contra nuestras costumbres: los abrazos, el contacto…., teniendo como ventana al mundo, las tecnologías y los balcones (desde los cuales nos sentimos acompañados, desde donde mostramos nuestro agradecimiento a quienes trabajan por frenar la pandemia…). En estos momentos de incertidumbre, de desasosiego, de echar de menos aquellas cosas cotidianas de las que no podemos disfrutar, podemos, por contra, valorar aspectos de la rutina que en el día a día nos pasan desapercibidos: el contacto humano y la importancia de las relaciones sociales.
Estamos confinados, pero no estamos solos. Ahora nos damos cuenta de la importancia de las relaciones sociales, de los que necesitamos el contacto con otros, hablar con los demás y relacionarnos, y es desde aquí desde donde queremos enfatizar este valor en la construcción de la personalidad de cada uno de nosotros/as. Nos configuramos con otros, por ello, esta situación es complicada para “nuestros” otros. Bajo la demanda de dejar de vernos, dejar de tocarnos y mantener una distancia de seguridad entre nosotros, valoramos la importancia de la cercanía, el abrazo y la relación; supone un gran aprendizaje como sociedad y como individuos.
A nivel colectivo, supone que en situaciones de crisis, como esta, vencerla solo es posible desde el acompañamiento, y desde la asunción de la responsabilidad cívica; «cuidarnos para cuidar a otros». Desde esta responsabilidad compartida, enfatizamos la idea, de que, solo manteniendo una higiene mental propia, podemos ponernos a disposición de escuchar a otros, sostener a otros, contener a otros y acompañar a otros en sus propios sufrimientos.
A nivel individual, valoraremos mas, la importancia de las relaciones, el sentirnos acompañados, necesidad inherente al ser humano. Buscar y dejarnos acompañar por otros, para no sentirse solos/as es una necesidad totalmente humana, escapar de la soledad nos hace buscar a nuestros semejantes; es un mecanismo de supervivencia psíquica. La importancia del encuentro para construirnos y reconstruirnos.
De momento, se nos ha pedido que pongamos en pausa esta necesidad por seguridad, para protegernos y proteger a quienes queremos…, siendo con ello responsables, solidarios… Ya habrá tiempo de volver a abrazarnos, de esas quedadas en las terrazas, de esas reuniones, de esa rutina en el trabajo…Cuando esta situación se resuelva, necesitaremos de “nuestros otros”, para abrazarnos, tocarnos, acompañarnos y reconstruirnos. Para superar las heridas sufridas.
Desde aquí os pedimos paciencia; se nos presenta la posibilidad de desplegar nuestra creatividad en estos momentos en los que haremos un “uso” distinto del tiempo, confinados, pero no aislados… es momento de construir nuevos espacios de relación, nuevas formas de conocernos y quizá nuevas formas de escucharnos… y por qué no de conocer nuevas versiones de nosotros/as mismos/as. Reinventémonos y tomemos consciencia de esta pausa «impuesta» para aprender algo nuevo de nosotros y de los demás.
Os mandamos todo nuestro apoyo, y nuestro ánimo en estos momentos complejos. Todos formamos parte de un mismo mundo, ahora sin fronteras, la vulnerabilidad compartida nos humaniza, y nos recuerda la comunión con nuestra madre tierra. No estamos solos.
Teresa Martínez. Psicóloga General Sanitaria
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