Noviembre y diciembre son dos meses de grandes compras. Con la navidad a la vuelta de esquina, no pueden faltar los detalles y regalos entre allegados y familiares. La tradición del regalar, llega incluso a las empresas, quienes agasajan a clientes y empleados, a modo de detalle llegado el final de año. En los hogares, los niños son los protagonistas ¿Qué es preciso saber para no caer en lo perjudicial de los excesivo? Aquí se exponen algunas conclusiones acerca del valor de los cuentos de hadas y la importancia del jugar.
¿Qué es eso de la navidad?
La navidad tal y como la conocemos en lo cotidiano es una fiesta religiosa. Es una de las fechas más señaladas e importantes del cristianismo, ya que lo que se celebra es el nacimiento de Jesús de Nazaret (Jesucristo). No obstante, se conoce la historia de las Saturnales. Éstas, celebradas por los romanos en honor a Saturno (Dios de la agricultura y la cosecha), eran fiestas paganas que se celebraban en el solsticio de invierno, entre el 17 y 23 de diciembre.
El solsticio de invierno era un tiempo de descanso de lo agrícola, en el que las labores cotidianas se suspendían, para celebrar grandes banquetes, poder visitar a las familias y amigos e intercambiaban regalos, como muestra de los buenos deseos en el cierre de año y/o entrada del próximo. Deseando que todo vaya bien, y se tenga un “próspero año nuevo”.
La cosa de la tradición.
La historia del origen de la navidad, es realmente más larga, entraña otros detalles que hilan estos que se mencionan, no obstante, disponemos de los preciosos. Las tradiciones y costumbres que llegan hasta nuestros días adaptadas a los tiempos actuales, haciendo partícipes del evento a creyentes y no creyentes.
La tradición de las reuniones familiares, de amigos y allegados, de compañeros de trabajo. Los regalos y buenos deseos, la magia precisa para que los niños puedan ser parte de esto y comprender la celebración. Las comidas y los dulces típicos de la fecha. Decoración y adornos que nos introducen en lo festivo, son más que evidentes.
¿De la tradición al exceso?
La fina línea entre la celebración de una fecha señalada, el valor del regalo o aguinaldo y la compra compulsiva de cosas innecesarias tiene graves consecuencias en la población y a menudo en los niños, a quienes se les destina el mayor esfuerzo en fechas como estas. Será importante poder discernir entre lo preciso y lo excesivo, lo que aporta y lo que obstruye. Poder reflexionar sobre esto marcará grandes diferencias en el desarrollo de nuestros niños.
¿Qué es preciso saber para no caer en lo perjudicial de los excesivo?
Discernir entre lo apropiado y lo excesivo no es tarea sencilla, no obstante, basta con conocer algo del desarrollo humano. Conocer cómo se da el desarrollo permite comprender que es lo preciso para el mismo. Será importante recordar el valor y el significado de los cuentos infantiles y los cuentos de hadas. Lo vital de la magia en la infancia. Y lo preciso de la tarea del jugar para adentrarse en el mundo.
Lo mágico de los cuentos infantiles.
Los cuentos de hadas responden a la perfección las grandes preguntas de la vida que los niños se plantean. Éstas no son preguntar concretas perfectamente elaboradas, si no que son cuestiones que se presentan a nivel interno difíciles de expresar y por tanto difíciles de resolver. Las respuestas que ofrecen son indicaciones sencillas que contienen grandes soluciones sin mensaje explícito. Así como sucede en los cuentos, los niños experimentan y perciben el mundo. Todo esto tiene que ver con cómo se desarrolla y evoluciona el pensamiento del niño, el cual es animista hasta la pubertad.
Piaget y el pensamiento animista.
Piaget investigó mucho acerca de los procesos mentales de los niños. Demostró que los niños pequeños no son capaces de comprender algunos conceptos abstractos. Lo que lo lleva a la conclusión de que mientras que el niño no alcance el pensamiento abstracto, solo podrá comprender el mundo de un modo subjetivo.
Los niños no distinguen entre objetos animados o inanimados, entre lo vivo o lo inerte. De este modo las cosas o animales piensan y sienten del mismo modo que los seres humanos. Como no existe una clara diferencia entre lo vivo y lo inerte, surge así la posibilidad de que humanos, animales y cosas puedan transformarse unos en otros indistintamente.
Las grandes cuestiones de la vida ¿Cómo se comprenden en la infancia?
A los tres años de edad, los niños ya se han enfrentado a algo de la cuestión de la identidad. Desde muy pequeños, se interrogan acerca de grandes cuestiones. No lo hacen desde lo abstracto, como lo haría un adulto, si no que lo hacen en base a lo que les afecta a ellos mismos. ¿Cómo es esto? En primer lugar, ignoran su existencia, por lo que es algo que examinan una y otra vez, lo hacen también explorando el entorno que les rodea.
Lo comprensible antes del pensamiento abstracto.
¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿De done viene el mundo? ¿Cómo existe? ¿Los padres son buenos? ¿Existen más personas buenas? Éstas son algunas de las grandes cuestiones que surgen y que los cuentos de hadas permiten alcanzar a comprender. No dictaminan una respuesta si no que sugieren la respuesta que el niño finalmente puede encontrar a medida que avanza la historia. Algunos adultos consideran estas respuestas, las de los cuentos de hadas, como algo incorrecto que no deben transmitir a sus hijos. Lo que desconocen, es lo incomprensibles que resultan para los niños, las respuestas reales, las de la vida adulta, ya que éstos carecen de pensamiento abstracto.
“Un niño solo puede tener seguridad si tiene la convicción de que comprende ahora lo que antes le contrariaba: pero nunca a través de hechos que le supongan nuevas incertidumbres” B. Bettelheim.
Para un niño solo será convincente aquello que alcance a comprender, todo cuanto escape a su comprensión generará nuevas incertidumbres. Ningún niño comprende explicaciones científicas puesto que precisan de un pensamiento objetivo, ese del que todavía carece el niño.
El tránsito de la mano de los cuentos de hadas.
Mientras que la madurez del pensamiento no se alcanza, la magia de los cuentos de hadas y el pensamiento animista permiten al niño resolver las grandes cuestiones de la vida. Esto a su vez le permite sentir seguridad y confianza en la vida. Es de este modo como tras poder transitar la infancia de la mano de las respuestas que ofrecen la magia y los cuentos de hadas, permite al futuro adulto buscar y descubrir explicaciones racionales.
Los cuentos de hadas como el jugar, permiten al niño experimentar, transitar y elaborar miedos y angustias. Ya que a través de ellos encuentran un lugar en el que son permitidos y posteriormente sienten alivio. De ellos extraen significados que les enriquecen y les calma.
¿Cómo comprenden los niños el mundo?
Todo a su debido tiempo. A menudo los adultos se encuentran diciendo a un niño aquello de “cuando seas mayor lo entenderás”, esto responde a la inmadurez del niño en su etapa de crecimiento. Es probable que todavía no le sea accesible esa explicación de lo adulto, no obstante, con el tiempo alcanzará a comprenderlo. ¿Significa esto que los niños no pueden conocer o comprender la muerte, la rivalidad, la maldad, el miedo, la envidia, etc.? No pueden comprenderlo al modo en que lo hacen los adultos, pero sí a través de los relatos e imágenes de los cuentos, en los que todas estas cuestiones se ponen en escena. Palpan lo real de su existencia y reconocen la posibilidad de enfrentarse a todas esas cuestiones e incluso llegar a salir con éxito de ellas.
Por el contrario, en las historias más actuales de los cuentos infantiles, no siempre se plantean estas cuestiones tan necesarias, lo relativo a los conflictos de lo humano, más bien lo evitan.
EL JUEGO Y EL JUGAR
Crecer para vivir ¿Cómo se hace eso?
A través del juego los niños empiezan a comprender cómo funcionan las cosas o mejor dicho, la vida. El niño evoluciona con el juego y el juego con ellos, de forma que se transforma a medida que los niños crecen, alcanzan la comprensión de algunas cuestiones y otras ocupan ahora su pensamiento. Interiorizan aquello que se puede o no se puede hacer, lo que está bien y lo que está mal, que normas se deben seguir para jugar con otro, que se les puede hacer a otros y que querrían o no que se les hiciese a ellos.
En el juego siempre hay segundas oportunidades. El juego puede repetirse recuperando la oportunidad de ganar si en lo previo se ha perdido. Lo que les transmite, una vez más sin palabras que, a pesar de la derrota o los avatares de la vida, todavía es posible tener éxito. Para que esto pueda darse de este modo, será importante que los adultos alienten al niño a disfrutar del juego en lugar de orientarlo a ganar.
¿Por qué regalar juguetes sencillos, sin grandes automatismos?
Un juguete, cuanto más sencillo mejor. Esto es así porque en el juego, la espontaneidad es una de las cosas más importantes. Hemos escrito sobre esto mismo, en nuestro artículo previo. Os contábamos sobre la importancia que tienen las formas y características de los juguetes y los juegos. Cuánto menos definido sea el juguete más margen para la creatividad tiene el niño. Además, esto le va a permitir jugar y decidir sobre el juego en sí mismo. Mientras que, ante juguetes elaborados con todo lujo de detalles, nada de esto puede ocurrir, transformando al niño en un mero espectador del juguete que juega solo.
¿Nos tomamos suficientemente en serio el juego de los niños?
Para el niño, el juego es también parte de la realidad que viven. Éste es el motivo por el que debemos tomarnos el juego de un niño muy en serio. El juego permite al niño transitar y elaborar las emociones que experimente; agresividad, frustración, ansiedad, ambivalencia, rivalidad, etc. Si un adulto no se toma en serio el juego, y además trata de intelectualizarlo, “no te preocupes, es solo un juego” entonces se obstruye la función que desempeña y por tanto al niño no le es posible transitar y elaborar lo que le ocurre.
Cuando esto sucede, cuando un adulto no se toma en serio el juego o trata de intelectualizarlo, lo que verdaderamente ocurre es que, responden más a sus propios sentimientos que a los de los niños, sin apenas darse cuenta. Esto sucede cuando reaccionan de una forma exagerada ante ciertos juegos que despliegan los niños. Creen que, si no detienen el juego o se alarman al observarlo, alimentan algo dañino en el niño. Mientras que lo cierto es que al jugar el niño, como se menciona previamente, elabora aquello que le sucede alcanzando un cierto alivio. Pudiendo dar salida a miedos, angustias y frustraciones, aprendiendo en cierto modo, del juego y de lo que en él se despliega.
Miedo a que el niño sea agresivo o violento en el futuro.
El hecho de que un niño experimente agresividad o frustración y necesite descargarla tiene que ver con lo propio, con todo lo que sucede en lo más interno de él mismo. Ni el entorno, la guerra, la delincuencia, o la violencia del exterior son fuente de esa agresividad.
Crecer significa atravesar por diversas emociones y sensaciones placenteras y displacenteras, que precisan de un espacio de elaboración y desahogo. Durante la infancia y dada la madurez propia de la etapa evolutiva, ningún niño puede comprender muchas de las cuestiones de la vida. No las pueden comprender al modo en que lo hacemos los adultos, y aquí radica la importancia del juego y los cuentos infantiles. Es a través de ellos y la magia que los envuelve que logran comprender lo incomprensible en esa etapa.
La tarea que debe ocupar la infancia, es jugar.
El juego se desarrolla en lo presente, pero a menudo trata de resolver cuestiones previas, lo acontecido en el pasado. A su vez también va dirigido hacia el futuro, anticipándose a eso que quizás venga luego. Pensemos en un ejemplo; jugar con las muñecas, anticipa algo de la posible maternidad y permite resolver cuestiones de lo emocional de ese mismo momento, como pudieran ser los celos ante un hermano. Jugar permite a los niños representar y dominar esos sentimientos y emociones, pudiendo darles salida, se liberan y se alivian. Esto es algo que no se puede razonar, ni endulzar con palabras.
¡Puedes jugar a lo que quieras!
Cada juego permite elaborar y descargan unas determinadas emociones, pero no es apropiado obsesionarse con averiguar esto ya que se insiste en la importancia de respetar la elección del juego que el niño hace. Es el propio infante quién sin saberlo, hace la elección justa y precisa, la necesaria en cada momento, solo hay que permitir que siga su curso.
Brindar a un niño la oportunidad de descargar simbólicamente, a través del juego; el enfado, la agresividad y la frustración sobre algún tercero es el mejor de los regalos que se le puede hacer ya que de lo contrario quedarán reprimidos e irán enrocándose en lo más profundo de su ser.
Es importante señalar y puntualizar que, una vez más, no existe diferencia de sexos. Es decir, niñas y niños tienen las mismas necesidades, por lo que les sería igual de beneficioso a unos que a otras tener la oportunidad de jugar a todos estos juegos bélicos considerados históricamente juegos de niños, o los juegos con muñecas considerados históricamente de niñas, pudiendo por tanto descargar y aliviar las tensiones propias.
Ni prohibir, ni alentar, ningún juego en especial. Que el niño y la espontaneidad decida. Lo importante será aceptar y respetar el juego que el niños desea iniciar.
En resumen: ¿Qué sucede y cómo actuar ante el juego de un niño?
- Permitir que el niño decida su propio juego.
- No intervenir o entrometerse en el juego puesto en marcha de un niño. El juego es un lenguaje secreto a través del cual los niños pueden expresarse.
- Ni prohibir, ni alentar un juego concreto que el niño no solicite previamente.
- Dar prioridad a juguetes sencillos, sin excesivos mecanismos ni detalles, permite la espontaneidad.
- Jugar es de vital importancia para el desarrollo psíquico y emocional de un niño.
- Jugar les permite comprender el mundo.
- Jugar es un medio para transitar y elaborar lo emocional. Sólo ellos perciben sin saberlo conscientemente, aquello que les acontece, por eso saben a qué deben jugar para elaborarlo.
- Resolver pasado y presente previniendo el futuro. El juego permite resolver simbólicamente problemas que quedaron sin resolver en el pasado y afrontar preocupaciones del presente.
Algunas claves para escoger regalos para niños estas navidades:
- Cuidado con las cantidades excesivas de regalos, ya que la cantidad no es directamente proporcional a la satisfacción y felicidad del niño, si no más bien lo contrario.
- Cuánto más sencillo sea el juguete, mejor.
- No importa el sexo de niño en la elección de juego, juguetes y regalos.
- Escucha atentamente el deseo del niño, con qué quiere jugar.
- Ten en cuenta las recomendaciones en torno a la edad del niño.
Escrito por: Rocío Mallo. Psicoterapeuta. Equipo Clínico de Psicoafirma.
Bibliografía.
Bettelheim, B. (2012) Psicoanálisis de los cuentos de Hadas.
Añade tu comentario